La relación entre las Comunidades Indígenas y el Fuego
Paamari significa "fuego" en asháninka. Y es que, durante miles de años, este ha sido un recurso invaluable para muchas sociedades en todo el mundo, dando forma a la vida cotidiana.
Pero en una era de colapso climático, en la que largos períodos de sequía se han convertido en la norma para muchas comunidades en el bosque tropical, el fuego se ha convertido en una fuerza destructiva, impactando gravemente los medios de vida de quienes conviven con este ecosistema.
PAAMARI – el proyecto – fue creado para abordar esto. Es una iniciativa pionera liderada por la Central Asháninka del Rio ENE con el apoyo de Cool Earth para alentar a los gobiernos locales, regionales y nacionales a incluir conocimientos y prácticas locales en los programas de prevención de incendios.
El fuego es una forma de vida.
Los incendios en el bosque tropical no siempre significaron peligro o destrucción. Los pueblos indígenas han vivido en armonía con el bosque durante siglos y el fuego es una parte fundamental de su cultura. El fuego se utiliza para cocinar, calentar, iluminar y para limpiar y renovar el suelo.
“Una familia Asháninka está acompañada por el fuego desde que amanece hasta que anochece. El fuego es lo que permite sembrar en un medio tan complicado como lo es la Selva Amazónica”, nos explica Antonio Sancho, coordinador del proyecto PAAMARI.
Sin embargo, la crisis climática está amenazando este vínculo relación. El aumento de las temperaturas y las sequías prolongadas crean condiciones favorables para la propagación de incendios, que son cada vez más fuertes y frecuentes.
Recuperando el fuego comunal
El proyecto PAAMARI busca abordar estos desafíos y proteger la relación vital entre los pueblos indígenas y el fuego. Esta intervención se centra en capacitar brigadas en 19 comunidades de la cuenca del río Ene para detectar y extinguir incendios, mejorar las prácticas de manejo de incendios y proporcionar un centro de monitoreo y alerta.
Gracias a esto, esperamos que las 19 comunidades que viven en la zona estén mejor preparadas para responder a los efectos desproporcionados que la crisis climática trae a sus territorios.